Las Guerras se Pierden o se Ganan desde Epoca de Paz

Son cíclicas y pendulares y traen grandes riquezas a los victoriosos y verguenza, hambre, miseria y corrupción a los perdedores.Pero nos preguntamos ¿qué es la guerra, que conoce la intelectualidad peruana del siglo pasado y del actual? ¿Enseñan en las universidades, en las academias judiciales, en los colegios profesionales, en los institutos politécnicos, en los colegios nacionales y privados, en las fábricas, en las minas, en los hospitales, etc.? Por supuesto que no menos en los partidos políticos que pretenden gobernar el país. Sólo estamos acostumbrados a ver guerra en televisión y ciencia ficción. La guerra es la continuación de la política por medios violentos, es un medio e instrumento de la política; es un fenómeno que existe desde los albores de la humanidad y utiliza todo tipo de medios violentos, que con la globalización abarca y puede presentarse en todos los confines de la tierra y adoptar diferentes formas, tipos y períodos; la tecnología ha disminuido su duración pero la ha hecho más destructiva.

Sin apartarnos del continente sudamericano, ella seguirá existiendo mientras continúe el hambre, la falta de trabajo, la falta de recursos alimenticios y sobre todo que existan caínes terrenales con pasiones bajas que para vivir en opulencia pretenden expansiones territoriales, que robadas al país indefenso les permita escribir en su historia laureles salpicados de sangre.

Nada justifica la guerra y en este análisis sólo la defensa nacional es la que debe intervenir, por ser el instrumento de la seguridad nacional. Todo ciudadano en esta gran nación merece el derecho a la vida en sociedad.

La defensa nacional puede ser ofensiva y/o defensiva y en ambos casos puede emplearse la estrategia disuasiva, pero cuando se tiene medios con los cuales crear estrategias parciales o integrales; no para agredir, sino para defender el patrimonio nacional.  Mucho antes de la guerra, en el período pre-bélico existen indicaciones, hechos comprobados, (inteligencia predictiva) aproximaciones de que puede presentarse una guerra.

Ningún negociante compra pan, para vender pan" dice un dicho popular y ninguna nación emplea cientos de millones de dólares actualmente como producto de un canon para que se oxiden sus materiales bélicos sin ser empleados. Cuando un país penetra la sede de un gobierno con asesores, está produciendo inteligencia estratégica; cuando un país invierte dos mil quinientos millones de dólares para recuperarlos con pines utilidades en la minería, agricultura, espacio aéreo peruano, comercio, industrias de todo tipo y tiene pretensiones de instalar banca propia, para conseguir mayores riquezas, es porque tiene intención de crear posteriores problemas sociales, que puedan llevarlo a una guerra.

Me pregunto, ¿Por qué no invierten en su propia nación? ¿Por qué no mejoran su PBI? ¿Por qué no generan industrias de transformación da minerales? ¿Por que no hacen más inversiones en su propio territorio? Se han sostenido casi dos siglos y empobrecido a los países perdedoras al punto que están desarmados por nacionales y por ajenos, con posibilidades de que se repita el ciclo, toda vez que en nuestra patria no hay “cultura de guerra” y sólo se piensa en la alternancia del poder, pare el enriquecimiento ilícito de los que conducen los gobiernos de turno.

Entonces, la guerra se puede perder desde época de paz, si se piensa como en otra hora que los “subversivos” eran “abigeos”, si se reduce la compra de los aviones de combate como ocurrió entre 1985 y 1990.

Si, una guerra se puede perder desde época de paz cuando se le entrega el poder a un presidente de doble identidad corrupto que no ha­ce honor ni a un país de tradición honorable.

Si, una guerra se puede perder cuando no hay un servicio militar obligatorio y cuando se pretende vender los cuarteles de la FFAA, símbolos de honor y amor a la patria, escuela de heroísmo. 

No se puede legislar y administrar lo que no se conoce y aquello en lo que no se tiene experiencia y me refiero a los modernos políticos que fungen de generales en escritorios, pretendiendo orientar batallas y combates de salón. 

El reto que tienen las actuales generaciones, miembros de las FFAA y políticos honestos, es tremendo e ineludible. Sin embargo, a los políticos que administran la Nación, con raras excepciones, no les interesa la guerra como fenómeno cíclico y pendular. Dios, la Patria y las familias que sobrevivan los juzgarán, pues las guerras futuras se pueden perder desde época de paz, por no preverlas.

Mayor EP(R) Guido Locatelli

26 de diciembre del 2003

Diario la Razón