MARXISMO Y TERRORISMO

¿Ha cambiado el mundo de fisonomía a partir de los atentados terroristas del 11 de setiembre del 2001, cuando el grupo fundamentalista Alqaeda atacó el centro del poder económico del país más poderoso del mundo?. Aparentemente sí, porque EE.UU. ha emprendido una guerra total contra los grupos terroristas y las instituciones o naciones que los apoyan o puedan apoyarlos, justificándola como una acción de legítima defensa de la democracia y de protección de los derechos humanos de aquellos afectados por actos terroristas; sin embargo la historia de las naciones nos muestra cómo el terrorismo en el mundo tiene larga data, recordemos solamente al grupo terrorista Polpotiano de Camboya que bajo el pretexto de cambiar lo que ellos llamaron las estructuras decadentes de la sociedad, asesinó más de 2 millones de camboyanos en la década de los 70.

En nuestro país todos somos testigos de como la acción sanguinaria, cruel, bárbara y genocida de Sendero Luminoso desde 1980, ocasionó muerte y destrucción, principalmente en áreas rurales. Sembrando el terror mediante asesinatos masivos y selectivos, destrucción de la infraestructura, sabotaje, secuestros, propaganda armada e incursiones en localidades desprotegidas, en la perspectiva de conseguir poder para dominar y obligar, para intimidar y conquistar el poder político para destruir el sistema democrático y luego implantar un esquema totalitario marxista-leninista-maoísta. En este escenario el Estado Peruano tuvo que defenderse empleando sus Fuerzas Armadas y Policía Nacional, las mismas que mediante la aplicación de una estrategia adecuada lograron derrotar militarmente a Sendero Luminoso, sin embargo los actuales voceros de la izquierda, propulsores en su juventud del totalitarismo comunista, quienes justificaron la lucha armada desde una cómoda posición intelectual; hoy son pesquizadores de “la verdad” y se han convertido en perseguidores de los militares y policías que en condiciones de extremo riesgo combatieron la barbarie terrorista en las zonas declaradas en estado de emergencia.

¿De qué verdad se habla? ¿La verdad de los terroristas y pro senderistas o la verdad del sistema democrático que en legítima defensa empleó su fuerza para mantener el estado de derecho? También hay algunas organizaciones autodenomidadas defensoras de los derechos humanos que desplegaron y despliegan un esfuerzo solidario por presentar a Sendero Luminoso como una organización política y a sus integrantes como víctimas de la violencia del Estado (FFAA y PN) pretendiendo lograr la amnistía general que permita excarcelar a sus dirigentes y luego reiniciar “su lucha” con nuevas tácticas y nuevos procedimientos pero con el mismo objetivo final, cual es, la destrucción del sistema democrático e implantar su ansiada “Republica Popular de Nueva Democracia”. 

La asociación ADDCOT pretende aportar los conocimientos y la experiencia de sus integrantes para neutralizar el efecto nocivo del terrorismo y posibilitar que la nación peruana se proyecte con éxito hacia mejores niveles de vida. 

30 de julio del 2003

ADDCOT